Aún muchos se preguntan si el mítico restaurante La Corte sigue abierto tras la visita de Chicote y cuya intervención en “Pesadilla en la cocina” se convirtió en un hito televisivo.
Ubicado en Fuenlabrada, este emblemático establecimiento capturó la atención del público y de los medios de comunicación, pero no aguanto abierto mucho tiempo tras su paso por el programa.
La intervención de Alberto Chicote, con su característica mezcla de crítica dura y consejos constructivos, prometía ser el salvavidas que La Corte necesitaba para superar sus numerosos problemas, pero la particular forma de trabajar de sus empleados no se lo pusieron nada fácil.
Este artículo se adentra en la historia posterior al programa, revelando el destino final del restaurante y las lecciones que su trayectoria ofrece al mundo de la restauración.
En el texto
✦ El restaurante La Corte en Pesadilla en la Cocina
La historia de La Corte se enmarca en un ambicioso proyecto que buscaba transportar a sus comensales a la época medieval a través de una experiencia gastronómica temática.
Sin embargo, detrás de la fachada de festines y banquete medieval, se escondían problemas de gestión que ponían en jaque la viabilidad del restaurante.
La visita de Alberto Chicote en 2015 descorrió el velo, revelando una realidad que distaba mucho del sueño inicial de sus propietarios.
Con una deuda de 800.000 el negocio distaba mucho de ser viable, evidenciándose el resultado de una gestión nefasta.
Jonathan, el dueño del establecimiento, se encontraba en una posición delicada, pues la deuda no solo comprometía el futuro del restaurante sino también el patrimonio familiar, dado que sus padres habían avalado el préstamo con su propia casa.
Pero eso no era todo, el equipo de camareros de La Corte, lejos de ser el soporte que Jonathan necesitaba, contribuía a la espiral de decadencia.
La falta de profesionalismo era alarmante, con empleados más dedicados a festejar y beber gratis que a trabajar. El “pim-pam trucu-trucu” según Chicote, una expresión que acuñó para simbolizar este desorden y la falta de seriedad.
Este comportamiento no solo minaba la experiencia del cliente, sino que también representaba una fuga económica significativa, con el alcohol gratuito consumido por los empleados ascendiendo a cifras que rondaban los 70.000 euros en pérdidas.
La situación culinaria era igualmente desalentadora. El chef se enfrentó a un menú carente de inspiración y calidad, donde platos como una ensalada César con pollo “requemado” y croquetas de morcilla “todo harina” eran la norma, no la excepción.
Ciertamente, la cocina se había convertido en un reflejo de la falta de pasión y compromiso que caracterizaba al restaurante, con una dependencia excesiva en productos congelados que alejaba aún más la oferta culinaria de la prometida experiencia medieval auténtica.
Pero la deuda, la falta de disciplina entre el personal y una oferta gastronómica deficiente eran solo la punta del iceberg.
El famoso chef puso de manifiesto que, para salvar el restaurante, era necesario un cambio radical no solo en la gestión y la cocina, sino también en la cultura laboral del establecimiento.
La ley seca para los camareros y la transformación de la cocina fueron dos de las medidas más notables. Se buscaba minimizar el desperdicio y mejorar la calidad de los platos servidos, respectivamente.
Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos y la visibilidad otorgada por el programa, el futuro de La Corte fue incierto.
Tras la emisión del episodio, el restaurante experimentó una breve oleada de popularidad, con curiosos y seguidores del programa acudiendo en masa para comprobar si las mejoras eran reales.
Sin embargo, mantener el impulso inicial y convertirlo en un éxito a largo plazo requiere de más que una intervención televisiva.
✦ ¿Sigue abierto el restaurante La Corte tras Chicote?
La respuesta rápida es que no, La Corte cerró sus puertas definitivamente en 2017, solo dos años después de la visita de Chicote.
Tras la marcha del chef la gestión del restaurante continuó siendo un caos, y el pim-pam trucu-trucu continuó al mismo tiempo que la competencia en el sector de la restauración en Fuenlabrada crecía.
Como resultado, finalmente la realidad se impuso, y La Corte terminó echando el cierre, un destino que ya se veía venir desde el minuto uno de programa.
Usando Google Street View se puede ver perfectamente que el restaurante ya no existe en su ubicación del centro de Fuenlabrada.
También esta marcado como “cerrado permanentemente” en su ficha de Google confirmando el fin definitivo de la fiesta.
En 2018 apareció un restaurante similar en otra ubicación llamado La Corte II, pero al parecer no era el mismo negocio ni pertenecía a los mismos propietarios. En cualquier caso también terminó cerrando.
Esta conclusión es un testimonio de los retos inherentes al mundo de la restauración, donde incluso la visibilidad y el consejo de expertos no garantizan el éxito.
✦ Reflexiones finales
La Corte es un recordatorio de que en el mundo de la gastronomía, la pasión por la comida debe ir acompañada de una gestión eficiente y una visión clara para el futuro.
La historia de este restaurante medieval en Fuenlabrada nos enseña que el éxito es efímero sin una base sólida que lo sustente y trabajadores eficientes.
Es un llamado a todos los emprendedores del sector a tomar nota y aprender de estos errores para no repetirlos.